TEMA ESPECIAL: EL ARREPENTIMIENTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

 

Este concepto es crucial, pero difícil de definir.  Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia definición proveniente de nuestra afiliación denominacional.  Sin embargo, por lo general, una definición teológica está inspirada en varias palabras hebreas (y griegas) que no necesariamente implican una “serie” de definiciones.  Debemos recordar que los autores neotestamentarios (excepto Lucas) eran pensadores hebreos que utilizaron términos del griego koiné.  Por ello debemos comenzar con los propios términos hebreos, de los cuales existen principalmente dos, que son:

  1. nacham ( BDB 636, KB 688)
  2. shub ( BDB 996, KB 1427)

El primero, nacham, originalmente parece haber significado “un profundo respiro,” se usa en varios sentidos:

a.          “descanso” o “consuelo” (ejemplo, Génesis 5:29; 24:67; 27:42; 37:35; 38:12; 50:21; con frecuencia se aplica a nombres, véase 2 Reyes 15:14;  1 Crónicas 4:19; Nehemías 1:1; 7:7; Nahúm 1:1).

b.          “lamentarse” o “arrepentirse” (ejemplo, Génesis 6:6-7)

c.           “cambio de mentalidad” o “arrepentirse”(ejemplo, Éxodo 13:17; 32:12, 14; Números 23:19)

d.          “compasión” (ejemplo, Deuteronomio 32:36)

 

¡Fíjese que todos expresan una profunda emoción! He aquí la clave: el arrepentimiento es los sentimientos profundos que conducen a la acción.  Este cambio de acción, generalmente va dirigido a otras personas, pero también a Dios.  Es este cambio de actitud y acción hacia Dios lo que  añade al término el significado teológico tan significativo; pero aquí es donde debe tenerse mucho cuidado.  Dice en la Biblia que Dios “se arrepintió” (véase Génesis 6:6-7; Éxodo 32:14; Jueces 2:18; 1 Samuel 15:11, 35; Salmo 106:45), pero no como resultado del dolor por pecado o error que Dios haya cometido, sino de forma metafórica para demostrar Su cuidado y compasión (véase Números 23:19; 1 Samuel 15:29; Salmos 110:4; Jeremías 4:27-28; Ezequiel 24:14). El castigo por el pecado y la rebelión son perdonados si el pecador abandona verdaderamente su pecado y regresa a Dios. Es una nueva orientación de la vida misma.

 

El segundo vocablo, shub, significa “voltear” (alejarse, regresar, volverse a o hacia). El VERBO shub (BDB 996, KB 1427) básicamente significa “da vuelta atrás.” Se puede hablar de:

1.       Apartarse de Dios, Nm. 14:43; Jos. 22:16,18,23,29; Jue. 2:19; 8:33; 1 S. 15:11; 1 R. 9:6; Jer. 3:19; 8:4

2.       Volverse a Dios, 1 R. 8:33,48; 2 Cr. 7:14; 15:4; 30:9; Sal. 51:13; 116:7; Is. 6:10; 10:21,22; 31:6; Jer. 3:7, 12,14,22; 4:1; 5:3; Os. 3:5; 5:4; 6:1; 7:10,16; 11:5; 14:1,2; Amos 4:6,8-11 (note especialmente Jeremías 7 y Amos 4).

3.       YHWH, aunque inicialmente le dice a Isaías que Judá no regresará ni se arrepentirá (ver, Is. 6:10), los llama a regresar a Él, pero no por primera vez (Is. 6:10).

 

El arrepentimiento consiste, no tanto en una emoción como en una actitud hacia Dios. Es una reorientación de la vida  centrada en el yo a Dios. Denota una disposición a cambiar y ser cambiado. No es el dejar de pecar por completo, sino un dejar de rebelarse a diario. Es el reverso de los resultados de la caída de Génesis 3 en donde se concentraron en ellos mismos. Denota que la imagen y semejanza de Dios (Gn. 1:26-27), aunque dañada, ha sido restaurada. El compañerismo con Dios es posible nuevamente de parte de los seres humanos pecados para con Dios.

 

El arrepentimiento en el A.T. principalmente significa un “cambio de acción,” mientras que “arrepentimiento en el N.T. significa principalmente un “cambio de manera de pensar,” (vea el Tema Especial: Arrepentimiento en el N.T.). Ambos son necesarios para que suceda el verdadero arrepentimiento bíblico. Es también necesario darnos cuenta que el arrepentimiento es a la vez un acto inicial como una acción continua y en progreso. Este acto inicial puede verse en Marcos 1:15; Hechos 3:16 y 19; 20:21; mientras que el proceso continuo puede verse en 1 Juan 1:9; Apocalipsis 2 y 3. ¡El arrepentimiento no es opcional de acuerdo a la Palabra de Dios (ver Lucas 13:3,5)!

 

Si es verdad que los dos requisitos del Pacto son “arrepentimiento” y “ fe” (ejemplo, Mateo 3:2; 4:17; Marcos 1:4, 15; 2:17; Lucas 3:3, 8; 5:32; 13:3, 5; 15:7; 17:3), entonces nacham se refiere al sentimiento profundo e intenso de reconocer el pecado personal y el apartarse de él; mientras que shub se refiere a dejar el pecado individual y regresar a Dios (un ejemplo de ambas acciones espirituales se encuentra en Amós 4:6-11: “no has regresado a mí”[cinco veces], y Amós 5:4, 6, 14: “Buscadme y viviréis…Buscad al Señor…Buscad lo bueno, y no lo malo,”).

 

El primer gran ejemplo del poder del arrepentimiento es el pecado de David con Betsabé (véase 2 Samuel 12; Salmo 32 y 51). ¡Hubo consecuencias permanentes para David, su familia e Israel; pero David fue restaurado en su comunión con Dios! Aún el malvado Manasés pudo arrepentirse y ser perdonado (véase 2 Crónicas 33:12-13).

 

Ambos términos son utilizados paralelamente en el  Salmo 90:13. Debe haber un reconocimiento del pecado y un darle la espalda a nuestro pecado unido al deseo de buscar a Dios y Su justicia (véase Isaías 1:16-20). El arrepentimiento tiene un aspecto cognitivo, un aspecto personal y otro moral. Los tres son necesarios tanto para  expresar una nueva relación con Dios como para mantener esa nueva relación con Él. ¡Ese profundo sentimiento de arrepentimiento se convierte en una devoción permanente hacia y para Dios!

 

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