TEMA ESPECIAL: INTERPRETANDO PARÁBOLAS

 

     Los Evangelios fueron escritos muchos años después de la vida de Jesús. Sus escritores (con la ayuda del Espíritu) estaban culturalmente familiarizados a la comunicación oral. Para ayudar a la memoria, enseñaban mediante presentaciones orales, repetidas, ilustradas y resumidas. Jesús también utilizo este método de enseñanza. Según nuestro conocimiento, nunca escribió ninguna de sus enseñanzas o sermones. Los escritores de los Evangelios retuvieron estas ayudas para la memorización. Como género literario, la parábola es una de esas técnicas. Es difícil definir una parábola.

 

“La parábola se define como una historia con dos niveles de significado; el nivel de la historia provee un espejo donde la realidad puede ser percibida y entendida”. Tomado del Diccionario de Jesús y los Evangelios, página 590.

 

“La parábola es un dicho o historia que busca enfatizar un tema de interés para el orador, ilustrándolo a través de una situación familiar de la vida cotidiana.” Tomado de Enciclopedia Bíblica Zondervan de Imágenes, página 590.

 

Es difícil determinar lo que se entendía exactamente por “parábola” en los días de Jesús.

1.         Algunos dicen que se relaciona con el término hebreo mashal, que era cualquier tipo de adivinanza (Marcos 3:23), dicho sapiencial (Proverbios, Lucas 4:23), dichos cortos (Marcos 7:15) o dichos misteriosos (“dichos oscuros”).

2.         Algunos prefieren una definición más breve, como una historia corta.

 

Según se defina el término, más de un tercio de las enseñanzas escritas de Jesús se encuentra en forma de  parábolas.  Este era un género literario principal del Nuevo Testamento. Realmente las parábolas fueron auténticos dichos de Jesús. Si aceptamos la segunda definición habría diversos tipos de historias cortas.

1.         Historias sencillas (Lucas 13:6-9)

2.         Historias complejas (Lucas 15:11-32)

3.         Historias contrastadas (Lucas 16:1-8; 18:1-8)

4.         Tipológica/alegórica (Mateo 13:24-30; 47:50; Lucas 8:4-8, 11-15; 10:25-37; 14:16-24; 20:9-19; Juan 10; 15:1-8).

 

 Al considerar la variedad del material relacionado con las parábolas, los dichos se deben interpretar  en diferentes niveles. El primero nivel sería los principios generales de la hermenéutica aplicables a todos los géneros bíblicos. He aquí algunos principios:

1.          Identifica el propósito del libro completo o al menos la unidad literaria principal

2.          Identifica la audiencia original.  Es significativo que con frecuencia la misma parábola es dicha a grupos diferentes, por ejemplo:

a.       La parábola de la oveja perdida en Lucas 15 dirigida a los pecadores

b.       La parábola de la oveja perdida en Mt. 18 dirigida a los discípulos

3.          Asegúrese de observar el contexto inmediato de la parábola. Con frecuencia Jesús, o el escritor del evangelio, remarca el punto principal (usualmente al final de la parábola o inmediatamente después de narrarla).

4.          Exprese la(s) idea(s) central(es) de la parábola en una oración declarativa.  Las parábolas con frecuencia tiene dos o tres personajes principales. Normalmente hay una verdad implícita, propósito o trama para cada personaje.

5.          Compare los pasajes paralelos en los otros evangelios, entonces compare los otros libros del Antiguo y Nuevo Testamentos.

 

El segundo nivel de principios interpretativos de las parábolas son aquellos que tienen que ver directamente con el material de la parábola.

1.          Lea (escuche si le es posible) la parábola una y otra vez. Estas fueron dadas para crear un impacto oral/auditivo, no para ser analizadas por escrito.

2.          La mayoría de las parábolas tienen una verdad central (aunque no siempre es declarada abiertamente) la cual está relacionada a los contextos históricos y literarios tanto de Jesús y/o del escritor del evangelio.

3.          Tenga cuidado al interpretar los detalles. Normalmente estos son solo parte del contexto de la historia.

4.          Recuerde que las parábolas no son reales. Son analogías tomadas de situaciones de la vida, pero regularmente son exageraciones para poder ensenar o señalar un punto o una verdad.

5.          Identifique los puntos principales de la historia que una audiencia judía del primer siglo habría entendido. Después busque el elemento sorpresa que contiene. Usualmente es dado hacia el final de la historia (vea a  A. Berkleley Mickelsen en Interpretando la Biblia, páginas 221-224).

6.          Todas las parábolas fueron dadas para provocar una respuesta. Esa respuesta esta usualmente relacionada al concepto de “el reino de Dios.” Jesús fue el que inauguró el nuevo reino mesiánico (Mt. 21:31; Lucas 17:21). ¡Aquellos que lo escuchan deben responder a Cristo ahora!

El reino era también futuro (Mateo 25). El futuro de una persona dependía del como esta respondía a Jesús en su momento. Las parábolas del reino describían el nuevo reino que había llegado con Jesús. Estas describían Sus demandas éticas radicales para los discípulos. Nada sería ya más lo mismo. ¡Todo es radicalmente nuevo y tiene su enfoque en Cristo!

7.          Las parábolas frecuentemente no expresan el punto o verdad central. El intérprete debe buscar las claves del contexto que revelan las verdades que son culturalmente obvias al receptor original, pero que ahora son oscuras a nosotros.

 

        Un tercer nivel que es muchas veces controversial es aquel de lo velado de la verdad parabólica. Jesús frecuentemente hablaba de lo secreto de las parábolas (ver Mt. 13:9-15; Mr. 4:9-13; Lucas 8:8-10; Juan 10:6; 16:25). Esto estaba relacionado con la profecía en Is. 6:9-10. El corazón de los oyentes determina realmente el nivel de entendimiento (ver Mt. 11:15; 13:9, 15, 16,43; Mr. 4:9, 23,33-34; 7:16; 8:18; Lucas 8:8; 9:44; 14:35).

 

        Sin embargo, debe también decirse que frecuentemente la multitud (Mt. 15:10; Mr. 7:14) y los fariseos (Mt. 21:45; Mr. 12:12; Lc. 20:19) entendían exactamente lo que Jesús les estaba diciendo pero rehusaban responder apropiadamente a Su mensaje (es decir, en fe y con arrepentimiento). En un sentido esta es la verdad de la parábola de los terrenos (Mt. 13; Mr. 4; Lc. 8). Las parábolas tenían el propósito de ocultar o revelar la verdad (Mt. 13:16-17; 16:12; 17:13; Lc. 8:10; 10:23-24).

 

        Grant Osborne en La Espiral Hermenéutica, pág. 239, hace el punto de que “las parábolas son un ‘mecanismo de encuentro’ y funcionan diferente según la audiencia…Cada grupo (líderes, multitudes, discípulos) es confrontado de manera diferente por las parábolas.” Frecuentemente aun los mismos discípulos no entendían ni Sus parábolas ni Sus enseñanzas (ver Mt. 15:16; Mr. 6:52; 8:17-18,21; 9:32; Lucas 9:45; 18:34; Juan 12:16).

 

        El cuarto nivel es también controversial. Trata con la verdad central de las parábolas. La mayoría de los interpretes modernos han reaccionado (y esto de manera justificada) a la interpretación alegórica de las parábolas. La alegoría convierte los detalles en un sistema elaborado de la verdad. Este método de interpretación no se enfocaba en el contexto histórico, ni en el sentido literario, ni en la intención del autor, sino que presentaba únicamente el pensamiento del interpreto, no el del texto.

 

        Sin embargo, debe admitirse que las parábolas que Jesús interpretó están muy cerca de ser alegóricas o al menos tipológicas. Jesús hizo uso de los detalles para transmitir verdades (el sembrador, Mt. 13; Mr. 4; Lc. 8 y los labradores malvados, Mt. 21; Mr. 12, Lc. 20).

 

        Algunas de las otras parábolas también tienen varias verdades principales. Un buen ejemplo de esto es la parábola del hijo prodigo (Lucas 15:11-31). No se trata solo del amor del Padre y los caminos desviados del hijo menor, sino también la actitud del hijo mayor que son integrales para entender el significado completo  de la parábola.

 

        Menciono aquí una cita que es de ayuda tomado de La Interpretación Bíblica y la Lingüística de Peter Cotterell y Max Turner:

        “Fue Adulf Julcher más que ningún otro, quien corrigió la dirección de la erudición Neo Testamentaria hacia el intento decisivo de entender la función que juega la parábola en las enseñanzas de Jesús. La radical alegorización de las parábolas fue abandonada, y empezó la búsqueda por una clave que nos permitiera penetrar su verdadero significado. Pero, como Jeremías lo aclaro, ‘Sus esfuerzos de liberar de cada detalle a las parábolas de las interpretaciones fantásticas y arbitrarias lo hizo caer en un error fatal.’ El error consistía en insistir no únicamente que la parábola conlleva una sola idea, sino que la idea debía ser tan general como fuera posible” (pág. 308).

Otro comentario de ayuda tomado de La Espiral Hermenéutica de Grant Osborne:

“Sin embargo, he notado muchas indicaciones de que las parábolas son en verdad alegorías, aunque controladas por la intención del autor. Blomberg (1990) de hecho discute que existen en la parábola tantos puntos como personajes, y que son en realidad alegorías. Aunque esto está algo exagerado, está más cercano a la verdad que el método de que hay ‘solo un punto’ [en la parábola]” (pág. 240).

 

        ¿Deben las parábolas ser usadas para enseñar las verdades doctrinales o para iluminar las verdades doctrinales? La mayoría de los intérpretes han sido influenciados por el abuso del método alegórico al interpretar las parábolas, lo cual les permitió que las usaran para establecer doctrinas que no tenían conexión con la intención original de Jesús ni del escritor del evangelio. El significado debe estar ligado a la intención del autor. Jesús y los escritores de los evangelios estaban bajo inspiración pero los intérpretes no lo están. 

 

        A pesar de lo abusadas que han sido las parábolas, ellas siguen siendo vehículos que funcionan para ensenar la verdad, verdad doctrinal. Escuche usted a Bernard Ramm haciendo este punto:

 

        “Las parábolas enseñan doctrina y el reclamo de que no sean usadas en absoluto como doctrina, es incorrecto…debemos verificar nuestros resultados con la enseñanza clara y evidente de nuestro Señor, y con el resto del Nuevo Testamento. Las parábolas, con los cuidados pertinentes, pueden ser usadas para ilustrar doctrina, para iluminar la experiencia cristiana y para enseñar lecciones prácticas.”   Interpretación Bíblica Protestante (pág. 285).

 

        En conclusión permítame darle tres citas que reflejan advertencias de cuidado en nuestra interpretación de las parábolas:

1.          Tomado de Como Leer la Biblia por Todo lo que Vale por Gordon Fee y Doug Stuart,

“Las parábolas han sufrido un destino de mala interpretación en la iglesia, después únicamente de Apocalipsis” (pág. 135) .

2.          Tomado de Entendiendo y Aplicando la Biblia por J. Robertson Mcquilkin,

                      “Las parábolas han sido la fuente de un sinnúmero de bendiciones en cuestión de dar luz al pueblo de Dios en lo que respecta a la verdad espiritual. Al mismo tiempo, las parábolas han sido la fuente de total confusión tanto en doctrina como en práctica en la iglesia” (pág. 164).

3.          Tomado de La Espiral Hermenéutica por Grant Osborne,

“Las parábolas son las porciones de las Escrituras de lo que más se ha escrito y, a la vez, más se ha abusado…es de los géneros bíblicos más dinámicos y sin embargo de los más difíciles de comprender. El potencial de la parábola para comunicar es enorme, porque crea una comparación o historia basada en experiencias de la vida diaria. Sin embargo, la historia misma es capaz de tener varios significados, y el lector moderno tiene tanta dificultad en interpretarla como la tuvieron los que la escucharon en la antigüedad” (pág. 235).

 

 

Derechos Reservados © 2014 Bible Lessons International