TEMA ESPECIAL: LOS CRISTIANOS Y LAS DEMANDAS LEGALES (de 1 Co. 6)

            A través de los años varias abogados me han preguntado el cómo este contexto se relaciona a nuestra sociedad.

            Primeramente debe dársele una respuesta a la prohibición de demandar a alguien ante un juzgado (aun a otro cristiano). Alguien podría discutir que los juzgados modernos son diferentes a los juzgados paganos, pero tendríamos que preguntarnos a su vez ¿cómo son diferentes? Y es que mucho de nuestra ley está también basado en la ley romana. Algunos jueces hoy son creyentes, pero eso no debe afectar sus decisiones judiciales.

            Parece que hay varios asuntos incluidos aquí:

1.      El motivo y el propósito del litigio son importantes, no solo las bases legales del caso. Vivimos en una sociedad que le gusta demandar, similar a la de la antigua Atenas. Con frecuencia el orgullo, el dinero y la venganza son los verdaderos motivos.

2.      Debe evitarse el resultante impacto social de tener cristianos avariciosos, quejumbrosos o exasperados exhibidos en los juzgados públicos. Cada creyente tiene una obligación corporativa con el Reino de Dios. Nuestro testimonio es muy importante.

3.       Sin embargo, la iglesia no provee un medio efectivo de mediación entre los creyentes. No existe un foro eclesiástico para que los creyentes ventilen los asuntos que son importantes para ellos o que son en sí injustos. 

4.      Posiblemente una solución sería una asociación de abogados cristianos que trate con los asuntos legales en que incurran cristianos y que cuente con recursos espirituales (por ej., la Escritura, sabiduría espiritual, etc.); que no solo establezca un precedente legal justo. Los creyentes (es decir, abogados creyentes) que sienten que debieran involucrarse en las demandas debieran pedir la dirección de Dios y establecer principios por los cuales practicar la ley. Esto podría desarrollarse en un foro de arbitraje entre creyentes.

Aunque el N.T. esta histórica y culturalmente condicionado, los problemas y las tendencias básicas de la humanidad no lo están. Dios está hablando a través de estos textos y los creyentes deben escuchar Sus palabras y Su voluntad (aunque no en categorías del primer siglo greco-romano). Estos textos nos llaman a ser menos propensos a las demandas judiciales y a ser más como Cristo; a la vez que llaman a la iglesia a proveer un foro (similar al juzgado de la sinagoga). ¡Estos versículos nos gritan que la pérdida personal es mejor que la pérdida del Reino (o sea, el evangelio)!

            En un día en que existe poca disciplina en la iglesia, en que el divorcio es rampante entre los creyentes, combinado con una sociedad avariciosa y dada a las demandas legales, 1 Corintios 5 y 6 son textos cruciales para que los estudiemos y los implementemos, tanto corporativamente (en la iglesia y las iglesias), como individualmente. Las libertades están basadas en la equidad bajo la ley. Esto significa que como creyentes vivimos en dos esferas o reinos: uno civil y uno espiritual. Jamás nos atrevamos a abolir nuestro sistema legal; pero debemos recordar nuestra ciudadanía celestial. Ambos reinos tienen derechos y responsabilidades; ¡pero un reino tiene prioridad (ver 1 co. 6:19-20)!

            Puede ser que algunos creyentes vean este asunto de las demandas y las razones correctas para las demandas de una manera diferente; todos debemos andar a la luz que poseemos. Este contexto puede aumentar esa luz.

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