TEMA ESPECIAL: EDÉN

El Edén es un lugar geográfico (ej. en sumerio, “estepa” o “planicie”, en ugarítico, “un plano”) de Génesis 2-3 que contenía un jardín especial plantado y preparado por Dios (ver Gn. 2:8) para Su más alta creación (es decir, creados en la imagen y semejanza, ver Gn. 1:26-27; 5:1; 9:6), la humanidad. El huerto especial es aludido en Isaías 51:3; Ezequiel 28:13; 31:9,16,18 (dos veces); 36:35; y Joel 2:3.

Aparentemente la palabra significa “abundancia” de una raíz aramea. En el hebreo (BDB 727 III, KB 792 II) la raíz significa “deleite” o “placer” (literalmente). Después del Génesis el término es una metáfora para un pozo con bastante agua, un lugar con muchos frutos.

El huerto del Edén llegó a representar la ocasión de perfecto compañerismo entre Dios y la humanidad. Por lo tanto, se convierte en una imagen usada para describir el cielo (ver Ap. 21-22).

En mi caso, he llegado a la conclusión de que la creación de la humanidad y el Edén son algo más bien reciente (es decir, 40,000-15,000 a.C.). A esta posición se le llama “creacionismo progresivo”. En este punto en mi vida es una manera para mí de permitirle a la Biblia que me diga el “Quién” y el “por qué” de la creación, y por otro lado, permitirle a la ciencia moderna el informarme del “cómo” y el “dónde” de los eventos de la creación. A mí no me ofende la “evolución”, ¡más bien estoy en contra del “naturalismo”!