TEMA ESPECIAL: EL HIJO DE DIOS

 

Este es uno de los títulos principales del Nuevo Testamento para Jesús; ciertamente tiene connotaciones Divinas. Se refiere a Jesús como “el Hijo” o “Mi Hijo”, y también se dirige a Dios como “Padre” (vea el Tema Especial: La Paternidad de Dios). En los escritos del Nuevo Testamento aparece más de 124 veces. Y aún la auto-denominación de Jesús como “el Hijo del Hombre” tiene connotación Divina de Daniel 7:13-14.

En el Antiguo Testamento la designación de “hijo” podía referirse a cuatro grupos específicos (vea el Tema Especial: “Hijo de…”):

1. Los ángeles (generalmente en PLURAL, Génesis 6:2; Job 1:6; 2:1)

2. El rey de Israel (2 Samuel 7:14; Salmo 2:7; 89:26-27)

3. La nación de Israel en su totalidad (Éxodo 4:22-23; Deuteronomio 14:1; Oseas 11:1; Malaquías 2:10)

4. Los jueces de Israel (Salmos 82:6)

 

La segunda acepción es la que está ligada a Jesús. De esta forma, “el hijo de David” y “el hijo de Dios” o ambos se relacionan con 2 Samuel 7; Salmo 2 y Salmo 89.  En el Antiguo Testamento, “hijo de Dios” nunca se refiere específicamente al Mesías, excepto cuando se relaciona con el rey escatológico como uno de los “ministerios ungidos de Israel”.  Sin embargo, en los Rollos del Mar Muerto es muy común el título con implicaciones mesiánicas (Vea las referencias específicas en Diccionario de Jesús y los Evangelios. página  770).  También “Hijo de Dios” es un título mesiánico en dos obras judías inter-bíblicas (ver, II Esdras 7:28; 13:32, 37, 52; 14:9; I Enoc 105:2).

Con referencia Jesús, el trasfondo del Nuevo Testamento establece las siguientes categorías:

1.  Su pre-existencia (Juan 1:15-30; 8:56-59; 16:28; 17:5; 2 Co. 8:9; Fil. 2:6-7; Col. 1:17; He. 1:3; 10:5-8)

2.  Su nacimiento especial (virginal) (ver, Is. 7:14; Mateo 1:23; Lucas 1:31-35)

3. Su bautismo (Mateo 3:17; Marcos 1:11; Lucas 3:22). La voz de Dios venida del cielo une al Rey espléndido del Salmo 2 con el Siervo Sufriente de Isaías 53).

4. Su tentación satánica (Mateo 4:1-11; Marcos 1: 12-13; Lucas 4:1-13).  Fue tentado para que dudara de Su posición de Hijo de Dios, o al menos que dudara de lograr su meta por distintos medios que no fuesen la cruz).

5. Su afirmación por testigos inaceptables:

a.    los demonios (Marcos 1:23-25; Lucas 4:31-37, 41; Marcos 3:11-12; 5:7; vea el Tema Especial: Demonios [espíritus inmundos])

b.    los incrédulos (Mateo 27:43; Marcos 14:61; Juan 19:7)

6.  Su afirmación por medio de los discípulos

a. Mateo 14:33; 16:16

b. Juan 1:34, 49; 6:69; 11:27

7.  Su auto-afirmación

a. Mateo 11:25-27

b. Juan 10:36

8. Su uso de la metáfora conocida de Dios como Padre

a. Su uso de “abba” para referirse a Dios

(1)           Marcos 14:36

(2)           Romanos 8:15

(3)           Gálatas 4:6

b. El uso repetido de Padre (Pater) para descubrir su relación con la Deidad.

 

En resumen: El título de “Hijo de Dios” tuvo un gran significado teológico para aquellos que conocieron el Antiguo Testamento, sus promesas y categorías; pero los escritores del Nuevo Testamento se inquietaron en cuanto su uso entre los gentiles por el trasfondo pagano de los “dioses” mitológicos que tomaban mujeres y daba como resultado unos descendientes llamados “titanes” o “gigantes”.

 

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