TEMA ESPECIAL: EL PACTO

 

      No es fácil definir el término berith (BDB 136, KB 157), “pacto” del A.T. No hay un VERBO semejante en hebreo. No son convincentes todos los intentos de derivar una definición etimológica. Posiblemente la mejor opción es “cortar” (BDB 144), que denota el sacrificio animal que acompañaba a los pactos (ver Gn. 15:10,17).  Sin embargo, la centralidad obvia del concepto ha forzado a los eruditos a examinar el uso de la palabra en un intento de determinar su significado funcional.

 

      El pacto es el medio por el cual el único Dios verdadero trata con su creación humana (ver el Tema Especial: Monoteísmo). El concepto de pacto, tratado, o acuerdo es crucial para entender la revelación bíblica. La tensión entre la soberanía de Dios y el libre albedrío humano se ve claramente en el concepto del pacto. Algunos pactos se basan en el carácter, acción y propósitos de Dios.

1.      la creación misma (ver. Gn. 1-2)

2.      la preservación y promesa a Noé (ver Gn. 6-9)

3.      el llamamiento de Abraham (ver Gn. 12)

4.      el pacto con Abraham (ver Gn. 15)

Sin embargo, la naturaleza misma del pacto demanda una respuesta

 

1.      por fe Adam debe obedecer a Dios y no comer del árbol en medio del Edén (ver Gn. 2)

2.      por fe Noé debe construir un enorme barco lejos del agua y reunir los animales (ver Gn. 6-9)

3.      por fe Abraham debe dejar a su familia, seguir a Dios y creer en descendientes futuros (ver Gn. 12, 15)

4.      por fe Moisés sacó a los israelitas de Egipto y recibió instrucciones específicas para la vida religiosa y social con promesas de bendiciones y maldiciones (ver Lv. 26; Dt. 27-28)

      Esta misma tensión involucrando la relación de Dios con la humanidad se trata en el “nuevo pacto” (ver  Jer. 31:31-34; Heb. 7:22; 8:6, 8,13; 9:15; 12:24). La tensión puede verse claramente al comparar Ezequiel 18:31 con Ezequiel 36:27-38 (la acción de Yahvé). ¿Se basa el pacto en las acciones de gracia de Dios o en la respuesta humana esperada? Este es el tema candente entre el viejo pacto y el nuevo. La meta de ambos es la misma:

1.      la restauración del compañerismo perdido en Génesis 3

2.      el establecimiento de un pueblo justo que refleja el carácter de Dios.

      El nuevo pacto de Jeremías 31:31-34 resuelve la tensión por remover el desempeño humano como un medio de obtener la aceptación de Dios. La ley de Dios llega a ser un deseo interno en vez de un desempeño externo. La meta de un pueblo piadoso y justo permanece la misma, pero la metodología cambia. La humanidad caída se probó inadecuada para reflejar la imagen de Dios (ver Ro. 3:9-18). El problema no fue el pacto, sino la pecaminosidad y debilidad humana (ver Ro. 7; Gá. 3).

      La misma tensión entre los pactos incondicionales y condicionales del A.T. sigue en pie en el N.T.  La salvación es absolutamente gratis en la obra acabada de Jesucristo, pero requiere arrepentimiento y fe  (tanto inicial como continuamente, vea el Tema Especial: Creer en el N.T.). Jesús le llamó a Su nueva relación con los creyentes “el nuevo pacto” (ver Mt. 26:28; Mr. 14:24; Lc. 22:20; 1 Co. 11:25).  ¡Es a la vez una declaración legal (forénsica) como también un llamado a la semejanza de Cristo (ver Mt. 5:48; ro. 8:29-30; 2 Co. 3:18; 7:1; Gá. 4:19: Ef. 1:4; 4:13; 1 Ts. 3:13; 4:3,7; 5:23; 1 Pe. 1:15), una declaración indicativa de aceptación (Romanos 4) y un imperativo a la santidad (Mt. 5:48)! Los creyentes no se salvan por sus acciones propias (obras), pero son salvos para vivir en obediencia (ver Ef. 2:8-10; 2 Co. 3:5-6).  Una vida piadosa se convierte en la evidencia de la salvación, no el medio para alcanzarla (ver Stg. y 1 Jn.). Sin embargo, ¡la vida eterna tiene características que podemos ver! Esta tensión es claramente visible  en las advertencias del N.T. (vea el Tema Especial: Apostasía).

 

Derechos Reservados © 2014 Bible Lessons International