TEMA ESPECIAL: EL SUICIDIO

Este tema ha tomado una importancia teológica que no se encuentra en la Biblia. La teología católica trata el suicidio de Judas Iscariote (ver Mt. 27:5; Hch. 1:18-19) como un texto central para asegurar que todos los que comenten suicidio están separados de Dios. Sin embargo, yo asumo que Judas fue excluido debido a sus actos conscientes de traición, y no por la manera dolorosa en que murió.

Hay varios personajes en el A.T. que se quitaron la vida:

1. Sansón – Jue. 16:29-30

2. Saúl – 1 Sa. 31:4; 1 Cr. 10:4

3. El escudero de armas de Saúl – 1 Sa. 31:5; 1 Cr. 10:5

4. Ahitofel – 2 Sa. 17:23

5. Zimri – 1 Re. 16:18

En estos contextos nada negativo se expresa de sus actos. Sin embargo, hay varios textos que debieran impactar la decisión de terminar la vida de uno mismo:

1. La vida humana es preciosa para Dios

a. Gn 1:26-27

b. Gn. 9:5-6

c. Éx. 20:13; 21:12

2. La vida es un don de Dios para servirle a Él

a. Ro. 12:1-2; 14:7-9

b. 2 Co. 5:14-15

c. Fil. 1:20-24

En el judaísmo, los rabinos condenaban el suicidio (por ej., Gen. Rabbah 34.21b). Flavio Josefo, el historiador judío del primer siglo D. de C., también lo condenaba (por ej., Wars 3.8.5), pero pareciera aprobar el suicidio masivo de los defensores de Masada en contra de las legiones romanas (Wars 7.8.6-7).

Muchos cristianos en el primer siglo veían el martirio como un evento espiritualmente benéfico (por ej., Tertuliano), e hicieron actos para causar esta acción (por el gobierno romano). También, en la iglesia primitiva un grupo separado llamado los “Donatistas” alababan el suicidio. El martirio y el suicidio con frecuencia eran mezclados (ver Martyrdom of Perpetua and Felicitas).

El suicidio es el acto de rechazar el control de Dios. Es un acto egoísta que no considera el dolor que causa en los demás. Me doy cuenta que algunas personas sufren de severa depresión y otros de problemas mentales que pueden impedir su pensamiento y conducta racional. El asunto más importante a recordar es que no es un acto de incredulidad o rechazo de Cristo, ¡los cuales son los únicas razones bíblicas para la separación eterna de Dios (ver Ro. 8:31-39)!